En la cima extraviada
De un cumulonimbus
Cerca de la cúpula
Y Orión el cazador
Se asienta la ciudad imposible
La urbe de Ascalon
De un cumulonimbus
Cerca de la cúpula
Y Orión el cazador
Se asienta la ciudad imposible
La urbe de Ascalon
Sus etéreas murallas
Se sostienen indemnes
Por el sueño de un pelícano
Por el sumiso movimiento
De las manecillas del reloj.
Se sostienen indemnes
Por el sueño de un pelícano
Por el sumiso movimiento
De las manecillas del reloj.
A la ciudad hiperbórea
Llega el niño naufrago
que pide monedas en las calles
Y la oficinista que duerme serena
bajo rascacielos de papel.
Llega el niño naufrago
que pide monedas en las calles
Y la oficinista que duerme serena
bajo rascacielos de papel.
Llega el músico inventor
Que a la lámpara, al embudo
Hace devenir trompeta
La bruja que lee las cartas
encuentra en un tres de bastos
Una luna sin nombre
Y el enigma del adiós.
Que a la lámpara, al embudo
Hace devenir trompeta
La bruja que lee las cartas
encuentra en un tres de bastos
Una luna sin nombre
Y el enigma del adiós.
Llega el pastelero inquieto
Que hace de una torta un castillo
Habitado por soldaditos de crema
El ebanista de dedos largos
Que con su garlopa moldea
Su sombra al gusto
Para forjar un baúl ocre
Donde guardar sus miedos.
Que hace de una torta un castillo
Habitado por soldaditos de crema
El ebanista de dedos largos
Que con su garlopa moldea
Su sombra al gusto
Para forjar un baúl ocre
Donde guardar sus miedos.
Llega el profesor desempleado
Que enseña filosofía en el parque
A un par de palomas comunistas
La niña que pierde su globo
Y se imagina que emigra lejos
Apartado de uñas y alfileres
A un reino de princesas obesas.
Que enseña filosofía en el parque
A un par de palomas comunistas
La niña que pierde su globo
Y se imagina que emigra lejos
Apartado de uñas y alfileres
A un reino de princesas obesas.
Y llegaremos tú y yo
Si me das una pluma de tu ala derecha
Ascenderemos lentamente
Con nuestros cuerpos entrelazados
A la ciudad de avenidas nebulares
Edificios de cristal fúlgido
A la gran Ascalon
Si me das una pluma de tu ala derecha
Ascenderemos lentamente
Con nuestros cuerpos entrelazados
A la ciudad de avenidas nebulares
Edificios de cristal fúlgido
A la gran Ascalon
D. Acevedo
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