Despedida de la Maga

Despedida de la Maga

Sobre "Devenires Prosaicos":

Devenires Prosaicos es un espacio por y para la literatura. Un espacio en el que planeo compartir reflexiones, fragmentos, poemas y cuentos. Deseo entonces dejar aquí escritas algunas pequeñas huellas, mis propios trayectos, mis propios devenires ¡Sed bienvenidos a devenires prosaicos!


domingo, 4 de agosto de 2013

DIARIO DE UN CAZADOR URBANO

DIA:  Martes 17 de abril de 2013
Hora: 5:00 p.m.
LUGAR: Alrededores del cruce entre Pueyrredon con Corrientes, Buenos Aires



Un hombre calvo discute en francés por su teléfono. ¿Con quién hablará? ¿Con alguna amante perdida al otro lado del océano? ¿o  con algún jefe despótico de bigote, boina y calva blanca?. Hay que reconocer, no obstante, que en francés la discusión toma cierto estilo, cierto olor a baguette recién horneado. Su pronunciación juguetona y coqueta me evoca la imagen de un chiste viejo. No puede ser en serio.

Dos palomas huyen de un carro que pasa a toda velocidad. Las palomas deberían montar un sindicato que defendiera sus derecho al libre vuelo y recorrido por las calles en busca de comida.

Un judío barbado de sombrero y gafas camina por la calle con afán. Lleva en su mano derecha una maleta. Es imposible que no resalte en medio de las demás personas. Me pregunto cómo hará una mujer para besarle y no perderse en sus barbas. En su maleta quizás lleve un estudio sobre la Cábala, ese que le permite contar las letras de las publicidades de Mcdonalds Kosher y encontrar a Dios en ellas (o al diablo en la carne no bendecida de Burguer King)

Veo varios restos de basura, papeles viejos, dos vinilos casi nuevos y un colchón. ¿Qué canciones hay en estos discos? ¿Quizás algún hit de los 70s? ¿Alguna recopilación de tangos? ¿o sólo alguna vieja canción de desamor? No puedo evitar que me dé un escalofrío. Espero que mis escritos no entren de esta forma en las puertas del olvido.

Una rubia con un culo gigante va caminando al lado de un enano que además es calvo y bizco. La rubia para en un puesto de un negro senegales y le pide al calvo que le compre un reloj. El hombre accede inmediatamente. A esta escena solo le falta un burro que copula con un colibrí

Una anciana pasea dos caniches vestidos, uno de rosa y otro violeta. Últimamente los caniches han dejado una huella extraña en mis escritos. Tal vez en el fondo yo me estoy volviendo igual que el paranoico. Pero esto…esto…es el colmo. Es una cachetada de lo real. Seguro vendrán en la noche y me meterán su sonda en el culo

Un hombre pisa un popo de perro. No se da cuenta. Buenos Aires es un campo minado. No hay trinchera en donde meterse.

Un sujeto de abrigo rojo le grita “Dale pelotudo” a un 132 que casi le atropella. Le grita como si pudiera cambiar algo. Como si el colectivo se fuera a devolver a replicarle o decirle “disculpe señor todo ha sido un accidente”

Una niña con un muñeco de snoopy. ¡Yo tenía uno cuando era chico! Noches de cuentos y ángeles. Días de helados y galletas. El mundo era bastante pequeño en aquel entonces…

En una vitrina un enorme jarrón chino. Pobre el niño que con su balón llegue a quebrarlo. Su madre lo despellejara vivo.

Un hombre tiene una pancarta donde se ofrece a arreglar celulares. El mismo grita un coro donde ofrece sus servicios. ¿Arreglar celulares? ¿Para qué? Ya es mucho tener que cargar con un parasito móvil de esos.  No sería más útil alguien que arregle corazones rotos y sueños destrozados.

Tres mujeres de rasgos aindiados, probablemente peruanas o bolivianas, discuten sobre ropa al frente de un puesto. Me sorprende aun como algunas personas puedes convertir cualquier banalidad en un problema filosófico de alto calibre. “¿Le quedara esta abrigo bien a Pedrito?” Pero, ¿Quién define que le queda bien a quién? Para estas mujeres es como si el problema del ser estuviera escondido en ese pequeño abrigo con rayas amarillas.

Tres mujeres colombianas se toman una foto frente a corrientes. Me pregunto que pasara con esa fotografía. La subirán un día a face. La mostraran como el recuerdo de que estuvieron en Buenos Aires y luego en el futuro la olvidaran. Como todo. Antes las fotografías servían para conservar recuerdos. Hoy el Facebook e Instagram han convertido las fotografías en un exceso barroco y prolijo que cansa. Las fotografías se pierden en un link vacío anotado en una libreta de papel.

Una mujer que fuma un cigarro carga con un montón de cajas vacías. ¿Para que puede desear tantas cajas? No tiene pinta de recicladora. Quizás vaya a construir un muro de cartón para protegerse del exterior, un muro que corte el ruido y el humo. Que le permita construir su mundo en miniatura bajo las cajas. Ese pequeño mundo lleno de colores, espadas y dragones. Que un niño con un peluche de snoopy soñó alguna vez.

Un hombre va por la calle con una libreta escribiendo lo que observa, tiene gafas y un abrigo café. El otro Daniel viene de frente anotando lo que encuentra a su paso. Se sorprende tanto como yo al encontrarme. No hay palabras que puedan comunicar nuestra desolación. Solo el silencio.

No hay comentarios:

Publicar un comentario