(Ilustración: Mujer con corazón- Manuela Valencia)
Dime, ¿qué harás ahora? ¿Hacia
dónde diriges hoy tus pasos? Quisiera seguirte, así sea a lo lejos, con mi
mirada. Me gusta ver como vuelas, como brincas, como bailas. Conoces los secretos
de la antigua danza del shaman que provoca y trae la lluvia, que llena todos
los cultivos y los campos. He visto el carnaval de manos que se entrelazan. He
visto gotas cayendo por las finas paredes de mármol blanco. Lo que no entiendo
luego es porque te retraes, te escondes cuando todo ha terminado. Desapareces y
me dejas sola en medio de la penumbra, anhelando un poco de tu tiempo, el
enigma de tu abrazo.
Seguro te ves a ti mismo como un
astronauta, un caminante de delirios lunares. Pero esta luna, me temo, no está
hecha de queso o polvo estelar. Es una luna cálida, pero imperfecta, llena de
agujeros y silencios. Una luna que aún no puede encontrar un cielo lo
suficientemente grande para poder asentarse en la inmensidad. ¿Te sientes en
verdad preparado? ¿Aceptaras el desafío que esta luna te impone?
— Camila,
¡no es un micrófono! ¡Chúpamela de una vez!